"Perdió un modelo basado en la obediencia al poder"
Río Grande (De un enviado especial).
"Ninguna sorpresa. ARI, en segunda vuelta", dice un papel blanco con letras negras, pegado en la camioneta estacionada en la puerta de la casa de verjas grises, a metros de la ventosa costanera del mar Argentino. Mientras abre la puerta de su casa, Fabiana Ríos dice a LA NACION: "Sorpresa fue para los que creyeron en las encuestas que ordenaba el poder, como si este partido no tuviera trayectoria". A pesar haber dormido muy poco, y de las llamadas telefónicas incesantes, la diputada nacional y referente fueguina de Elisa Carrió está exultante. Pocas horas atrás había logrado el segundo lugar en la primera vuelta electoral en la provincia; ganó en Ushuaia y está a días de llegar a un lugar adonde nadie llegó: ser, como representante de una tercera fuerza política, la primera gobernadora electa en el país. Claro que antes deberá enfrentar en el ballottage del próximo domingo al actual gobernador, el kirchnerista Hugo Cóccaro, que ganó los comicios por casi cuatro puntos. Sentada en el living de su casa, con fotos del fallecido dirigente socialista Alfredo Bravo y de Ernesto "Che" Guevara a su alrededor, Ríos la emprende contra el poder provincial, pero también apunta a la Casa Rosada. "La democracia que se construye con obediencia no es democracia", se despacha, en alusión a Cóccaro y al presidente Néstor Kirchner, a quien le endilga "un modelo de construcción que falló en Misiones y volvió a fallar acá". Asegura tener las mejores chances para la segunda vuelta, y pronostica que, de ganar, gobernará "con respeto por las instituciones, participación y la transparencia que falta en la provincia".
-¿Por qué entró en el ballottage?
-La gente tuvo en claro que participaban tres listas, pero que había dos opciones. La primera, representada por Cóccaro y Garramuño, planteaban relaciones institucionales fundadas en ser amigo o enemigo del poder. Nosotros queremos reglas, garantías de previsibilidad. La legitimidad no se pasa por ósmosis, y la democracia basada en la obediencia al poder central no es democracia.
-Pero ARI no tiene experiencia de gestión
-Eso dicen los que creen que no se puede gobernar sin el que manda a nivel nacional. Si hay respeto por el poder, por los intendentes, transparencia en las cuentas, participación, diálogo con los sindicatos, no hay ninguna razón para temer.
-¿Cuánto influyeron los escándalos de corrupción y videos en su triunfo?
-A ellos, sin duda, los perjudicó porque la gente vio que ésta es una provincia con prácticas violentas y no quiere más eso. Fue uno de los componentes que permitirán a los encuestadores no ponerse tan colorados como deberían -dice, y se ríe.
-¿Habrá un acuerdo con el Movimiento Popular Fueguino para el ballottage?
-Mire: eso lo decidiremos en el partido. Pero la búsqueda de quienes no nos votaron deber ser ordenada, para que no lleguemos al poder con las manos atadas. Garramuño ya se declaró prescindente y eso es bueno. También apuntamos a los independientes, a las ONG y a quienes votaron en blanco.
-¿El Presidente se equivocó otra vez al elegir aliados?
-Creo que tiene otra lógica de construcción, basada en la obediencia. Le pasó en Misiones; le pasa ahora aquí.
-¿Y este triunfo se podrá repetir en el contexto de la Coalición Cívica?
-ARI nos ha acompañado desde siempre, aunque los referentes locales del partido todavía no decidieron nada con respecto a la estrategia nacional.
-¿Ya habló con Carrió después del resultado?
-No, está llegando a Buenos Aires; pero sí con todos los dirigentes de ARI, como Quiroz [Elsa], Macaluse [Eduardo]. Carrió tiene derecho a festejar este triunfo, aunque van a tratar de que no sea así. Si el Presidente festeja las derrotas, como la de Capital, ¡cómo Lilita no va a festejar esto! -exclama, y se ríe con ganas.
-¿Cómo se ve para el ballottage?
-Muy bien. Creo que Cóccaro llegó a su techo, y si llegamos hasta acá gastando 100.000 pesos en campaña contra 3 millones de ellos, podemos ganarles el domingo. Historial a favor
Según un estudio de la Fundación Bicentenario, en 6 de los 8 casos (el 75%) en los que se realizaron ballottages en la Argentina, desde el retorno de la democracia, triunfó el partido que había salido segundo en la primera vuelta. Dos de esos seis casos se dieron en Tierra del Fuego (también uno de los dos contraejemplos). Además, dos veces el ballottage se canceló porque una de las fórmulas desistió de participar.
Según un estudio de la Fundación Bicentenario, en 6 de los 8 casos (el 75%) en los que se realizaron ballottages en la Argentina, desde el retorno de la democracia, triunfó el partido que había salido segundo en la primera vuelta. Dos de esos seis casos se dieron en Tierra del Fuego (también uno de los dos contraejemplos). Además, dos veces el ballottage se canceló porque una de las fórmulas desistió de participar.
Fuente: La Nación
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