Plazas con juegos especiales

Más de una vez, nos hemos referido en estas columnas a las innumerables dificultades que sufren en nuestro país los ciudadanos con algún tipo de discapacidad: no pueden acceder fácilmente a un empleo ni transitar con comodidad por las calles ni asistir, por ejemplo, a algún espectáculo de entretenimientos como cualquier habitante, porque parece que ni las ciudades ni gran parte de la sociedad estamos preparados para tenerlos en cuenta. Sin embargo, faltaba todavía reparar en una actividad tan importante como las anteriormente enunciadas, que poco o nada había sido considerada hasta ahora en alguna legislación. Se trata de que los niños con capacidades diferentes puedan compartir la actividad del juego en los parques y plazas del país. Afortunadamente, se han conocido durante la semana última varias iniciativas en ese sentido. En la Capital, un miembro de la Legislatura ha pensado en el tema; el diputado Alejandro Ravinovich (ARI) presentó un proyecto de ley -ya tiene dictamen favorable por parte de la Comisión de Espacio Público)- para que el gobierno local coloque juegos adaptados a niños/as con necesidades especiales en las plazas de la ciudad con esparcimientos infantiles. En realidad, este proyecto se hace eco de las presentaciones que en los últimos tiempos realizaron distintas entidades que contemplan las necesidades de estos chicos. Estos especialistas coinciden en que los juegos adaptados no sólo significan la integración social de los niños al mundo de los otros de su misma edad, sino que además implican, en sí mismos, la oportunidad de que gocen de sus derechos al juego y al recreo; por ejemplo, la sensación de volar (en una hamaca adaptada), de vértigo, que difícilmente puedan experimentar de otra manera. Sin embargo, más allá de la presentación del proyecto porteño, ya pueden contabilizarse en el país dos experiencias prácticas. La primera, en San Salvador de Jujuy, donde acaba de firmarse un convenio entre el gobierno provincial, la municipalidad y una fundación que impulsa el proyecto, para instalar en una plaza juegos para niños con capacidades diferentes. La plaza integradora, en el parque San Martín, tendrá 900 metros cuadrados destinados a juegos, infraestructura y parquización adecuados para ese fin. También hay que destacar que, en la ciudad de Buenos Aires, entre las novedades de la recuperada plaza Irlanda, que se reinauguró el jueves último, está el reacondicionamiento del patio para los niños, con la inclusión de juegos integrados aptos para niños con necesidades especiales y acceso a sillas de ruedas. Esto demuestra que la concepción de plaza adaptada puede dejar de ser una expresión de deseos para convertirse en realidad. Para una gran proporción de familias -porque en esta tarea están absolutamente comprometidos los chicos y sus padres-, esta oportunidad de gozar también del aire libre, de los espacios verdes y, sobre todo, de la posibilidad de que los niños compartan con sus amiguitos los mismos momentos de juego, constituirá un increíble momento de felicidad y de justicia. Y también para el resto de la sociedad argentina será un estímulo más para seguir integrando solidariamente a todos sus miembros.

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