ARI Chubut

martes, febrero 27, 2007

“Que expliquen por qué con tanto hicieron tan poco”

Río Grande
El doctor Carlos Bassanetti habló sobre la crisis de representación en la provincia, la necesidad de establecer mecanismos de responsabilidades políticas, modificar el reglamento interno de la cámara legislativa y contar con una legislatura sana; criticó la creación de Renasa, por obedecer a intereses particulares y por exponer los recursos a un manejo descontrolado, y sentenció que el gran desafío de Tierra del Fuego es tratar de abandonar, en serio, la vieja política. El candidato a vicegobernador del ARI reparó que la ciudadanía debe pedir explicación a sus representantes políticos. “Me gustaría que en lugar de hablar de lo que han hecho que expliquen por qué con tanto hicieron tan poco en estos cuatro años de gobierno”.
Amén de su rol constitucional como eventual vicegobernador, el doctor Carlos Bassanetti habló sobre su aporte personal a la fórmula del ARI, que integra con Fabiana Ríos, e hizo una profunda reflexión sobre las responsabilidades políticas de los representantes. También cuestionó la creación de la empresa provincial Renasa, por responder a intereses particulares.“La mirada más interesante que yo pueda dar al proyecto de provincia que tiene el ARI puede encontrar base en lo que es el problema institucional, siendo esta una de las razones que me hizo decidir el acompañamiento a Fabiana Ríos en esta disputa por la gobernación”, comenzó diciendo el candidato.“Coincidimos que acá hay un problema de fractura absoluta entre la dirigencia política –la representación- y la ciudadanía. Fractura que se llega a traducir en una suerte de desinterés e indiferencia por parte del representante político respecto aun de las propias bases electorales que lo han llevado a ocupar el cargo que tiene. Y esto no está dicho para que la dirigencia se acerque un poco más a la gente o traten de ser mejores, sino con una finalidad muy concreta, la de introducir modificaciones –sobre todo normativas- al sistema institucional, de manera tal que el representante político se vea un poco constreñido a escuchar a la gente y a tratar de obtener la aprobación de su electorado con un riesgo cierto de tener sanciones políticas”.Dijo que hoy, la ciudadanía no puede imponer ni siquiera sanciones políticas a sus malos representantes. Entonces, el representante busca cobijo, para su subsistencia en la vida pública, en los grupúsculos partidarios. Si lo obtiene, si demuestra que es un fiel cumplidor y sabedor del cómo lograr en la práctica las expectativas o arreglos que le propone las cúpulas, él sabe que hoy, en nuestro sistema institucional y electoral, no necesita la aprobación de la gente.Insistió en que para tratar un proyecto específico necesitamos gente que, cuando se siente en la mesa, se sienta constreñida a escuchar al otro que quiera enriquecer una propuesta o desestimarla con razones y argumentos, y no que esté sentado allí en defensa de intereses que poco y nada tengan que ver con su función.
Manejo de petróleo
Para Bassanetti, la creación de Renasa obedece a una respuesta del político de Tierra del Fuego, que dio una rápida ejecución a pedidos de quienes necesitan una cierta estructura legal para venir a operar yacimientos en esta provincia en un contexto de absoluto descontrol.Explicó que lo que hace precisamente Renasa es abrir la posibilidad a que, como ocurre en el orden nacional con Enarsa, las cuestiones petroleras sean decididas entre bambalinas por quienes están interesados en la explotación de nuestros hidrocarburos, al margen de todo control y cuidado público.“Indudablemente –dijo- yo puedo tener un proyecto sobre manejo de los recursos naturales y, específicamente, petroleros, pero adónde voy a llegar si me siento en la mesa con gente que solamente debe dar respuesta al interés que tienen sus mandantes partidarios. Si esa gente no tiene por qué tener en consideración el interés general para las soluciones que debe dar, con qué argumentos los voy a convencer sobre un proyecto distinto para la explotación petrolera”.Apuntó nuevamente que el camino necesario es constreñir a esos representantes políticos como para que de alguna manera se den cuenta que por lo menos su vida pública puede depender, en algún momento, de lo que decida el electorado. Una suerte de condicionamiento para que no sea solo un interés externo el que guíe estas conversaciones y pretensiones de convencernos sobre las bondades de un proyecto u otro.
Hay que abandonar en serio la vieja política
Sostuvo que en las actuales condiciones no hay posibilidad de diálogo institucional. “Podemos pergeñar los mejores proyectos en cualquiera de las áreas específicas de gobierno, que van a ser destinados al fracaso -aun cuando pongamos por hipótesis que Fabiana Ríos resulte ganadora de la provincia- si es que no tiene un acompañamiento sano de parte de una legislatura que debata, escuche, modifique, enriquezca o rechace sus proyectos.Sentenció que este es el gran desafío que tiene Tierra del Fuego, tratar de abandonar en serio la vieja política, lo que no es una mera expresión de palabras. “Si no abandonamos la vieja política, estamos condenados a lo que estamos sufriendo hoy”.Y esto –agregó- debería traducirse en un pedido de explicación a los representantes políticos. “Me gustaría que en lugar de hablar de lo que han hecho –porque algo han hecho- que expliquen por qué con tanto hicieron tan poco en estos cuatro años de gobierno provincial en los que tuvimos como rectores de nuestra política a los representantes de estos llamados partidos tradicionales”.
Tiene que haber un mensaje de honestidad
En cuanto al aspecto institucional, reparó que para que cualquiera de los poderes públicos provinciales tenga posibilidad cierta de tener un desempeño mínimamente cercano a lo que se espera como institución pública, tiene que haber un mensaje de honestidad y de funcionamiento basado en el interés general por parte de lo que es el crisol de nuestra expresión política, que es la legislatura.“Si nosotros no tenemos una legislatura medianamente sana, nada va a funcionar bien en la provincia, ni el poder judicial, ni el ejecutivo ni ninguna de las organizaciones intermedias”.“Mal podemos esperar que, en este contexto, haya una sanción judicial –que es la más grave que una provincia pueda dar institucionalmente- cuando ni siquiera estamos en condiciones de imponer una sanción política”.“Si hoy no estamos en condiciones de imponer, institucionalmente, una sanción política al mal representante, ¿vamos a sostener que deberíamos imponer una sanción más grave como la de privación de la libertad por algún latrocinio cometido en la función pública?, se preguntó.Sostuvo que hay que poner las cosas en la realidad, y la realidad es esta: “Tenemos un electorado que está maniatado. Lo único que puede hacer, de acuerdo con el sistema vigente, es votar por sí o por no determinada ideología o principios que sostiene un partido, pero está impedido de ver quiénes son los que van a llevar a la práctica esas ideologías”.“Si nosotros no podemos sancionar ni políticamente a esas personas que pretenden dirigirnos políticamente, esos representantes no tienen ninguna razón como para pensar en la ciudadanía cuando tengan que tomar decisiones políticas, ya que tienen en vista nada más a aquellos grupos que son capaces de mantenerlos en la vida política”, subrayó.
Independencia del poder judicial
En cuanto al funcionamiento del Consejo de la Magistratura, como garantía básica de independencia del Poder Judicial, el doctor Bassanetti repuso que la designación de los jueces todavía sigue siendo un resultado de acuerdos, simpatías y cercanías políticas. “No es lo decisivo hoy un juicio de idoneidad basado en condiciones objetivas, en razón de antecedentes, de evaluaciones y de oposiciones, sino en función de las cercanías que se tengan con las personas que deciden”.“No obstante -agregó- hay un poder judicial que, en líneas generales, está haciendo más de lo que el contexto político a uno le permitiría pensar que puede hacer. En Río Grande y en Ushuaia hay fallos que significan una verdadera toma de posición del derecho aun contrastando con intereses políticos de la coyuntura. Eso no significa que el Poder Judicial no deba ser objeto de una profunda transformación, pero primero debería comenzarse por sanear la política en la provincia”.
Una Legislatura sana
Señaló que es necesario que exista una Legislatura medianamente sana, que sea capaz de dar argumentos y respuestas a las decisiones que puedan no gustar a sectores importantes de la sociedad, y que en líneas generales se maneje en términos de racionalidad, teniendo presente el interés de todos cada vez que tienen que decidir algo; solo así, el funcionamiento total de la provincia cambiaría. Por eso tanto dijo que hacen “hincapié en el modo en que nosotros tenemos que establecer la forma en que van a ser elegidos los legisladores, ya que ello es la llave para hacer funcionar a la provincia”.En tal sentido, precisó que una de las propuestas, es un compromiso de formalizar una manifestación concreta de voluntad política a fin de orientar el sistema electoral hacia la preferencia, tratar de que la legislatura modifique su reglamento interno, y que no deje morir las cosas que no le gusten a ciertos legisladores en las comisiones, sino que sean tratadas y debatidas en el recinto. Sobre todo en una provincia donde nosotros ni siquiera tenemos como herramienta política el quórum –amén de que sea bueno o malo-. Al mismo tiempo criticó que la mayoría de los legisladores provinciales trata los asuntos que quiere tratar. “Con el expediente de no dictaminar en comisiones los asuntos que les interesa tratar, ni siquiera los llevan a conocimiento general a través de un debate en el recinto. Es decir, bailan la pieza que les gusta y cuando la pieza no les gusta no salen”.Entonces, preguntó: “Cómo la ciudadanía se va a formar opinión seria acerca de la actuación de sus legisladores en estos términos, ¿a través de lo que le cuentan? o porque los ve tomando una posición pública a favor o en rechazo de proyectos que interesan a gran parte de la población.Dijo que este funcionamiento institucional es el que hay que cambiar, y este es el compromiso que están tratando de buscar con Fabiana Ríos.
El sistema electrónico de votos
“Siempre dicen que la carencia de una base informática para nuestro sistema electoral es lo que nos impide tener una mayor amplitud en el derecho de elección y, por ejemplo, con ese argumento han dejado de reglamentar, desde que sancionó nuestra constitución, la preferencia receptada como un derecho de todos los ciudadanos electores, de incluir en una lista a candidatos de otras listas a los que uno considere personas deseables para representar en una cámara”.Sostuvo que la Constitución de Tierra del Fuego se anticipó al problema nacional del “que se vayan todos”, porque acerca a la ciudadanía a esta posibilidad real de elegir a sus representantes y establece estos dos sistemas mínimos, el de las tachas y el de las preferencias.Observó que en una base informática se podría tener un régimen de preferencias para que el electorado pueda decidir, incluyendo a otros candidatos en la lista elegida. “Sin eso no hay posibilidad de cambio institucional”, concluyó.


 
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