El Barco más pesado

A propósito de la Asamblea Nacional del ARI

Desde sus comienzos, debemos pensar que el hombre siempre quiso más. Nunca le alcanzó lo que tuvo.
Y cuando le faltaron las ideas el hombre intentó superarse a través de la cantidad. Eso lo hizo sentir que crecía, que seguía superando fronteras.
Como cuando ya no supo que más hacer con el entierro de sus muertos y empezó a cubrirlos con piedras y más piedras, hasta que culminó en las pirámides, la construcción mortuoria más grande del mundo.
Del mismo modo, cuando descubrió el arte de navegar, el desafío fue construir la nave más grande y más pesada, para llevar todo lo que poseía, como si siguiera sobre la tierra.
Hoy muchos se desvelan en construir el barco más pesado. En hacerlo con la mayor cantidad de hierro y remaches, llena de compartimientos y de bodegas.
Pero a veces estas naves tan pesadas, no flotan. Nunca pueden salir a alta mar.
La pregunta que debemos hacernos es ¿Para qué queremos una nave tan grande? ¿Para salvar a la Argentina? ¿Para cargar a la Argentina en su bodega y llevarla a buen puerto?
Por el contrario, la génesis de la Coalición Cívica fue unificar una flota de barcos pequeños y diseñar una estrategia común.
Los barcos pequeños tienen menos problemas de flotación, son más intrépidos, tienen mayor maniobrabilidad.
En nuestro país los viejos y pesados barcos hacen agua por todos lados.
Los barcos más pesados, suelen hundirse cuando salen del puerto.
El desafío es buscar nuevas formas, nuevas maneras de hacer política, porque integrar no es lo mismo que cargar todo en la misma bodega.
Tengamos siempre presente, que queremos construir y para qué.
Y que las cantidades prevalecen cuando se acaban las buenas ideas.

Por Guillermo Nicolás Bonaparte