La derrota que no vemos
A propósito de los insultos gratuitos del Gobernador Das Neves a la Dra. Carrió.
Existe una raza de políticos a los que les encanta opinar cuando todo ya pasó. Sabemos que más de uno de estos viejos políticos perdió el sueño en las vísperas, leyendo y releyendo las encuestas, temiendo un resurgimiento de Elisa Carrió. Hoy ya distendidos, respiran tranquilos.
Es inútil insistirle a ciertos resabios del profesionalismo político que uno no está para ganar o perder. En el ARI estamos para hacer lo que sentimos profundamente: un cambio en las formas y en los contenidos de la política.
Todos sabemos que en muy pocas ocasiones las condiciones morales o políticas de los candidatos son las que deciden una elección. Lamentablemente es el dinero el que permite imponer las figuras "admisibles" para un sistema.
Nosotros construimos de otra forma.
Nosotros ganamos cuando llevamos a Diana Maffia en primer lugar. Filósofa, como lo es, fue la mejor Defensora del Pueblo que tuvo la ciudad de Buenos Aires.
Nuestros candidatos no se miden ni con un centímetro, ni con una balanza, ni con una encuesta. En ese sentido, coincido con el Sr. Gobernador cuando dice que la década del 90 todavía da frutos. Debiera preguntarse por qué.
Si le cuesta encontrar esa respuesta, yo le ayudo: se sigue sin valorar el pensamiento diferente. El vapuleado pragmatismo sigue siendo la moneda corriente. Las ideas y la voluntad siguen descansando en el rincón de lo mejor de nuestra historia argentina.
Cómo habrá crecido el pragmatismo de "los profesionales de la política" que la ciudad de Buenos Aires se comió a los dos partidos mayoritarios del país. Ni el radicalismo, ni el peronismo figuraron en esta elección. La lista del destituido Ibarra, sacó más votos que la boleta del "triunfante" Frente para la Victoria.
Quienes sabemos de lo difícil que es comunicar ideas en esta Argentina de la entrega, respetamos con el silencio a los perdedores, y saludamos con humildad a los ganadores.
No nos mofamos ni parloteamos.
Porque este es el tiempo de tomar aire, para seguir trabajando por nuestro país que tanto amamos.
Es inútil insistirle a ciertos resabios del profesionalismo político que uno no está para ganar o perder. En el ARI estamos para hacer lo que sentimos profundamente: un cambio en las formas y en los contenidos de la política.
Todos sabemos que en muy pocas ocasiones las condiciones morales o políticas de los candidatos son las que deciden una elección. Lamentablemente es el dinero el que permite imponer las figuras "admisibles" para un sistema.
Nosotros construimos de otra forma.
Nosotros ganamos cuando llevamos a Diana Maffia en primer lugar. Filósofa, como lo es, fue la mejor Defensora del Pueblo que tuvo la ciudad de Buenos Aires.
Nuestros candidatos no se miden ni con un centímetro, ni con una balanza, ni con una encuesta. En ese sentido, coincido con el Sr. Gobernador cuando dice que la década del 90 todavía da frutos. Debiera preguntarse por qué.
Si le cuesta encontrar esa respuesta, yo le ayudo: se sigue sin valorar el pensamiento diferente. El vapuleado pragmatismo sigue siendo la moneda corriente. Las ideas y la voluntad siguen descansando en el rincón de lo mejor de nuestra historia argentina.
Cómo habrá crecido el pragmatismo de "los profesionales de la política" que la ciudad de Buenos Aires se comió a los dos partidos mayoritarios del país. Ni el radicalismo, ni el peronismo figuraron en esta elección. La lista del destituido Ibarra, sacó más votos que la boleta del "triunfante" Frente para la Victoria.
Quienes sabemos de lo difícil que es comunicar ideas en esta Argentina de la entrega, respetamos con el silencio a los perdedores, y saludamos con humildad a los ganadores.
No nos mofamos ni parloteamos.
Porque este es el tiempo de tomar aire, para seguir trabajando por nuestro país que tanto amamos.
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