"Si es necesario estoy dispuesta a disputar de nuevo la presidencia"

Tras el comicio de octubre, había anunciado que se retiraba de la pelea por cargos electorales. En Punta del Este reflexionó y cambió de opinión.

Al día siguiente de la elección presidencial, con el aval de cuatro millones y medio de votos a su candidatura, Elisa Carrió anunció su renuncia a la lucha por cargos electorales. También dijo que emprendería una suerte de retiro espiritual de unos meses en el mar. "En este país no se puede ni descansar", bromeó poco días después, cuando regresó de Uruguay, para apoyar al campo contra la decisión gubernamental de aumentar las retenciones. Ayer volvió de nuevo de Punta del Este. Dice que leyó a Borges y al poeta Walt Whitman, pero que, sobre todo, le dio vueltas a una idea que le costó aceptar: Carrió volverá sobre sus pasos, para anunciar que le esperan más luchas electorales.

-¿Siguió pensando sobre el resultado de las elecciones?

-Mucho. La mitad del vaso está lleno. Hay una nueva mayoría que va a gobernar el país naciente y esa nueva mayoría tiene un punto central en la Coalición Cívica. En realidad fueron cuatro millones y medio de votos, que son cinco y medio, por los votos robados, en blanco, los que no pudieron votar. En octubre hubo una disputa real del poder. Nosotros queremos gobernar el país. No queremos ser un partido testimonial del 3 por ciento.

-¿Qué papel se asigna?

-En estos días, tomé dos decisiones que me costaron. Una, perdonar a los que tan brutalmente me embistieron más allá de las discrepancias políticas...-

-¿La segunda?

-Debí aceptar que no me puedo correr, que no me puedo ir; que me voy a quedar, y que si es necesario, estoy dispuesta a disputar de nuevo la presidencia.

-¿La decisión le costó porque había anunciado que nunca más iba a disputar un cargo?

-Es difícil, porque yo amo la libertad, no el poder. Pero era preciso no correrse. Cuando uno tiene tanta responsabilidad, la tentación de uno es irse, de poder disponer de la propia vida. Tuve que aceptar que yo no dispongo de mi propia vida. Que tengo que estar al servicio de los demás.

-¿Esta decisión fue discutida con otros dirigentes políticos?

-Yo me curo en soledad. Me reto en soledad, me corrijo en soledad. Perdono en soledad.

-Al anunciarse el próximo gabinete, dijo que "el corazón del poder" no había cambiado.

-¿Esto influyó en su decisión de volver a candidatearse?

-Lo que digo es que voy a hacer lo necesario para que una nueva mayoría gobierne el país. ¿Si me ayudaron a definirme? Sí, me ayudaron (risas).

-Las aparición de críticas dentro del ARI a su figura, ¿erosionan su liderazgo opositor?

-No, al contrario, resuelven algunos conflictos del pasado. El sábado hubo un congreso del ARI donde se impusieron los dirigentes que apoyaron la estrategia electoral de la CC.

-¿El grupo disidente está fuera de la Coalición Cívica?

-De la CC, es obvio que sí. No sé si del ARI. Pero me pareció importante que no haya venganza ni expulsiones.

-¿Qué les diría a los disidentes?

-Nada. En mi vida política, el dolor y la alegría siempre fueron juntos. Los que se fueron no nos perjudicaron, sino que permitieron el crecimiento. Los árboles se podan para que den más frutos.

-¿Qué siente cuando le dicen que se derechizó?

-Aquí se trata de discutir principios, no paradigmas del siglo pasado. De lo que se trata es de unir gente diversa. Algunos tienen problemas de crecimiento intelectual.

-Le critican su personalismo.

-Hay que entender que los carismas suponen responsabilidades enormes. Para que una discusión sea horizontal, debe haber legitimidades parejas. A mayor representatividad política, hay mayor responsabilidad.

-Entre los disidentes, algunos renovaron su banca en octubre.

-Ese es un dilema ético de ellos.